Desafiando la pobreza

Tenía doce años de edad cuando terminé mi educación primaria en un ejido que se llama el Carrizo o Miguel Alemán. Allí no había escuela secundaria y tuve que salir de mi casa para poder lograr mis sueños. Era un lugar muy pobre había que trabajar muy duro bajo el sol para conseguir el sustento. A diario oía los consejos de mis maestros que me fueron abriendo el pensamiento para buscar nuevos horizontes a través de la educación. Por dos años viví en casa de mis familiares extrañando a los míos; en momentos de soledad lloraba mucho por la ausencia de mis padres y mis hermanos. Luego me reponía y me armaba de fuerza y valor para continuar. Finalmente terminé las carreras técnicas de laboratorista y de odontología y una especialidad en endodoncias. Con este libro me gustaría poder ayudar a todas aquellas personas que tengan algún sueño algunas metas a seguir. Claro que sí. Se puede con perseverancia y muchas ganas de luchar.