EIDAN EN LA ACADEMIA DE HÉROES 2

<p>Me escondía entre las sombras del pasillo del castillo sintiendo que el<br>corazón me latía con fuerza. No estaba solo: Olter y Sara estaban a mi<br>lado con los ojos bien abiertos atentos a cada movimiento. Sabíamos que<br>lo que estábamos a punto de hacer era arriesgado pero también<br>necesario.<br>Desde nuestra posición podíamos observar a cinco figuras que nos<br>resultaban familiares pero que ahora nos parecían sospechosas. Los<br>cinco posibles infiltrados en la Academia: los profesores Gigante la<br>Anciana el Niño Kael y el alumno Hako. Cada uno caminaba con<br>naturalidad como si nada ocurriera pero nosotros sabíamos que no todo<br>era lo que parecía.<br>Debemos descubrir qué tramán susurré mientras mis amigos asentían.<br>No podíamos permitir que la seguridad del castillo se viera comprometida.<br>La misión que nos habíamos impuesto era clara: espiar observar y reunir<br>cualquier indicio que nos confirmara si realmente alguno de ellos estaba<br>bajo las órdenes de fuerzas oscuras.<br>El Gigante parecía absorto en sus papeles revisando antiguos mapas y<br>planos pero algo en su mirada me hizo sospechar. La Anciana con su<br>caminar lento y medido susurraba palabras que no lograba descifrar pero<br>había un aura de misterio que nos ponía alerta. El Niño siempre con esa<br>sonrisa traviesa jugaba con un objeto que brillaba con luz propia... ¿era<br>solo un juguete o un artefacto secreto? Kael recorría los pasillos con<br>seguridad como si estuviera inspeccionando a todos y Hako tan cercano<br>a nosotros en la rutina diaria permanecía inquieto como si ocultara algo.<br>Cada paso cada gesto cada mirada contaba. No podíamos fallar. Si<br>alguno de ellos era realmente un infiltrado el futuro de la Academia y de<br>todos nosotros estaba en juego.<br>Yo Eidan junto a mis amigos Olter y Sara estaba a punto de descubrir<br>secretos que cambiarían nuestra percepción del mundo... secretos que<br>pondrían a prueba nuestra valentía nuestra astucia y nuestra lealtad.<br>Y mientras la noche caía sobre el castillo no podíamos imaginar que esa<br>simple vigilancia nos conduciría hacia aventuras más grandes de lo que<br>jamás habíamos soñado.</p>