<p>Hasta la tercera y cuarta generaci&oacute;n</p><p>Herencia rituales y patrones</p><p>familiares.</p><p>Cuando Dios dio sus leyes a Israel a trav&eacute;s de Mois&eacute;s &Eacute;l mismo se present&oacute; como Dios fuerte y celoso. Posteriormente a&ntilde;adi&oacute; una frase que inspir&oacute; esta obra: &ldquo;Que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaci&oacute;n.&rdquo;</p><p>Podr&iacute;amos intentarlo una y otra vez pero sabemos que los resultados ser&aacute;n siempre los mismos. Ha ocurrido de generaci&oacute;n en generaci&oacute;n. La herencia se recibe. Pasa de mano en mano hasta la tercera y cuarta generaci&oacute;n. Esta herencia conformada por rituales y tradiciones se fortalece con la pr&aacute;ctica y con el paso del tiempo. A este proceso se suma el fuerte respeto que cada persona llega a experimentar por su propia herencia lo que termina por convertirla en patrones familiares. Con dolor miramos al pasado y comprendemos que hemos estado repitiendo las mismas historias una y otra vez. S&eacute; que lo intentemos pero est&aacute; en nuestra naturaleza volver a los mismos errores tarde o temprano nos encontramos de frente con la ineludible herencia.</p><p>Por otro lado escuchamos que Dios promete un cambio la oportunidad de romper con todos aquellos patrones que nos conducen una y otra vez a repetir las mismas historias. Nacer de nuevo restaurar el pasado y darnos un mejor presente. Pero&hellip; &iquest;C&oacute;mo lograr el cambio? O &iquest;Ser&aacute; que estamos destinados a repetir los mismos patrones de generaci&oacute;n en generaci&oacute;n?</p>
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