Imperturbable

<p><strong>Un jefe imposible. Una asistente imperturbable. Un mes para romper cada regla que han conocido.</strong></p><p>Blake Tyrone tiene todo bajo control. Su imperio multimillonario funciona como un reloj. Su espresso está precisamente a 145 grados. Sus asistentes duran exactamente tres días antes de renunciar llorar o ambas cosas.</p><p>Entonces Zara Johnson entra en escena.</p><p>Lleva botas militares a una entrevista para una empresa Fortune 500. Está mascando chicle durante su discurso de intimidación. Y cuando él le dice que la última asistente dejó una nota de advertencia ella simplemente se encoge de hombros y dice: Genial. He sobrevivido a cosas peores.</p><p>Ella no se inmuta. No se disculpa. Reorganiza sus archivos sin preguntar arregla su espresso a 146 grados solo para demostrar un punto y se instala en su oficina imposible como si fuera de su propiedad.</p><p>Por primera vez en una década Blake Tyrone ha conocido a alguien que se niega a ser controlado.</p><p>Lo que debería ser un problema. Excepto que de alguna manera entre las sesiones de estrategia nocturnas y el café que sabe mejor a la temperatura equivocada el control empieza a sentirse menos como poder y más como soledad.</p><p>Hasta que un escándalo amenaza todo. Hasta que la junta exige decisiones. Hasta que Blake tiene que decidir: el imperio que construyó solo o la mujer que le enseñó lo que significa dejar de construir muros.</p><p>Un mes lo cambió todo. Ahora tienen que averiguar si lo que construyeron juntos es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a la caída. ¿<em>Qué podría salir mal?</em></p>