JESÚS DE NAZARET

<p class=ql-align-justify><strong>La segunda parte de <em>Jesús de Nazaret</em></strong> comienza con una <strong>retirada estratégica a Galilea</strong> donde Jesús activa la siguiente fase de su plan. <strong>Viajó</strong> por toda Galilea visitando aldeas pueblos y ciudades. <strong>Desarrolló</strong> una comunidad de seguidores <strong>los enseñó y formó</strong> y luego los condujo a Jerusalén para presenciar su enfrentamiento con las autoridades del Templo.</p><p class=ql-align-justify>Hasta aquí todo bien. <strong>Jesús definió su misión</strong> como la de ser enviado a las <strong>ovejas perdidas de la casa de Israel</strong> pero esa responsabilidad <strong>siguió ampliándose</strong> a pesar de sus reticencias. <strong>¿A quién no incluía?</strong> Creyó ser el <strong>Mesías de Israel</strong> pero se dio cuenta de que había firmado para ser el <strong>Salvador del mundo</strong>. Cuando comprendió la magnitud del desafío <strong>ya era demasiado tarde</strong>: el momento del <strong>Huerto de Getsemaní</strong> estaba sobre él.</p><p class=ql-align-justify><strong>Con temor y temblor</strong> asumió la enorme tarea de ser <strong>el punto de apoyo sobre el que todo giraría</strong>. Los <strong>sumos sacerdotes</strong> hicieron sus apuestas <strong>Pilato hizo lo que pudo</strong> y los <strong>discípulos cerraron sus puertas</strong> para evitar que la noche los alcanzara pero todo tuvo <strong>poco efecto</strong>: <strong>el plan de Dios estaba en marcha y la intención divina no sería negada</strong>.</p>