La culpa no es mía es de la testosterona

Este libro presenta en forma amena agradable y divertida lo que nos acontece a diario en especial en lo referente al vínculo sutilmente opresor de la relación hombre-mujer. También contiene pensamientos que nos inducen a meditar ya no en lo relacionado con nuestra pareja sino con nuestra propia vida. Con su lectura muchos se sienten identificados con las situaciones que aquí se presentan algunas muy jocosas. Varias mujeres opinan que las ayudó a conocerse a sí mismas a entenderse y a entender cuál es su rol. Otras me comentan que ahora después de entender eso de la testosterona comprenden mejor a su pareja y están dispuestas a perdonarle algunos de sus frecuentes pecadillos. En cambio a nosotros los hombres nos ayuda a descifrar un poquito más el pensamiento femenino nos adentramos en ese laberinto lleno de incógnitas y al salir quedamos con más dudas de cuando entramos.