LA PESADILLA NADIE EN LA BASE SECRETA

<p>El castillo dormía bajo un cielo tranquilo demasiado tranquilo para ser real.</p><p> La cazadora respiraba a mi lado el niño se había quedado dormido en un rincón el gigante vigilaba cerca de la puerta con su silencio habitual y Kael -aún débil- intentaba sentirse útil preparando su espada.</p><p> La anciana murmuraba oraciones antiguas para que la paz durara...</p><p> pero ni ella misma parecía creerlo.</p><p>Yo Nadie intentaba convencerme de que todo había terminado.</p><p> De que el Diario se había cerrado para siempre.</p><p> De que el Libro estaba a salvo en el cofre donde lo habíamos dejado enterrado en la pirámide bajo la atenta mirada de los guardianes.</p><p>Pero entonces lo escuché.</p><p>Un latido.</p><p> Un pulso seco profundo oscuro...</p><p> como un corazón que vuelve a despertar bajo tierra.</p><p>-¿Lo habéis oído? -susurré.</p><p>Nadie respondió.</p><p> Todos dormían.</p><p> Todos menos yo.</p><p>Me acerqué a la ventana.</p><p> El cielo estaba quieto... demasiado quieto.</p><p> La pirámide brillaba a lo lejos imponente eterna...</p><p>...hasta que algo se movió en su cima.</p><p>Una sombra.</p><p>Delgada.</p><p> Retorcida.</p><p> Antigua.</p><p>La reconocí al instante aunque jamás la hubiera visto con mis propios ojos.</p><p> La sentí en mi nuca en mi sangre en mi respiración.</p><p> Su silueta negra se recortó contra la luna.</p><p> Me quedé paralizado.</p><p> No oí mis propios pensamientos.</p><p> Solo escuché un susurro como una respiración dentro de mi oído:</p><p>-Aún no es tu tiempo... Nadie.</p><p> -Primero debes recordar quién eres.</p><p> -Yo ya lo he hecho.</p><p>El aire se quebró como un cristal.</p><p> Y entonces lo comprendí:</p><p>La guerra no había terminado.</p><p> Ni siquiera había comenzado.</p><p> </p>