Si su meta es el progreso espiritual entonces no hay sustituto para la palabra de Dios. Hemos entrelazado nuestra prosperidad divina con logros físicos financieros y sentimentales. Debemos seguir lo que es fundamental. No es necesario saber cómo pensar o cómo actuar. El éxito requiere escuchar la vocecita apacible de Dios y seguir sus instrucciones. Lo que hace que las cosas sucedan es la obediencia a Su Palabra.Cuando Él me pidió que escribiera esto me convertí en Su autor porque me pidió que escribiera lo que Él hizo cuando obedecí.La gente me pidió que escribiera este libro pero yo dije que no que no quería que la gente me conociera a mí sino que quería que conocieran al Señor.Una tarde una amiga vino y trajo a algunas de sus amigas que yo nunca había conocido. Yo no sabía que una de ellas era profetisa y cuando empezó a orar por mí profetizó que yo terminaría el libro que había empezado y que daría gloria a Dios.Durante ese tiempo yo estaba muy enferma. Sin embargo los pensamientos negativos me impedían avanzar y el libro se me olvidó.Por eso cuando la profetisa dijo que el libro daría gloria a Dios y no a mí me hizo cambiar completamente de opinión.Muchas cosas también te han impedido avanzar por culpa del mentiroso Satanás aprendí que el miedo tergiversar la palabra de Dios y decirnos lo contrario de lo que Dios quiere para nosotros es la técnica maestra del diablo.¿Qué resultará de que escuches a Dios en lugar de al mentiroso? Todo es posible. Si yo puedo hacerlo tú también puedes.Que este libro te lleve al plan superior de Dios para que recibas todas las bendiciones que sólo pueden venir de Él.Dios es el Autor y yo sólo soy el humilde recipiente Él incluso me dio el título lo hice a Su manera. ¡Toda la gloria a Dios!Lo hice a a Su maneraAutor Elizabeth Das
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