Minkú

<p>Sobre la mesa había un viejo tomo.<br><br>Desesperado lo abriste por su primera página preparado para acabar con todo de una vez y para siempre. Al hacerlo descubriste que junto a la mesa había un peculiar espejo de bronce en el que se reflejaba tu rostro con retorcida claridad.<br><br><em><strong>El auténtico rostro del Mal.</strong></em></p><p> </p><p>Y allí estaba yo la otra parte de tu existencia que te había acompañado durante todo aquel viaje o pesadilla... Allí me viste y te viste y puede que te preguntes quién soy ¿verdad? Pues entonces debes ir ahora mismo en este preciso instante en busca de un espejo que refleje tu alma y tu corazón que explique tus intenciones deseos y pasiones y verás mi aspecto actual.<br><br><em>Verás lo que serás.<br><strong>Te verás a ti.</strong></em><br><br>Puede que veas un joven tirado sobre una cama deshecha desde hace días. O puede que veas a una cariñosa madre cuidando de su pequeño recién nacido mientras este duerme tranquilo... a todas esas personas y a muchas más todas ellas unidas por un mismo viaje.<br><br><em>Tu destino.<br>Que es el mío.<br>Y es el suyo.</em><br><br>¿Qué vendrá? fue nuestra única pregunta a todos aquellos aventureros y viajeros. Su voz muda nos dio la respuesta que ansiábamos:<br> </p><p><strong><em>La noche.</em></strong></p>