M��s ac�� �� M��s all�� de un Padre y algunos trabajos de cl��nica con ni��os y adolescentes

<p>Siguiendo al poeta Edmond Jab��s en la serie de El libro de los m��rgenes me permito exponer algunas breves conclusiones. En principio el autor de un escrito goza de la fragmentaci��n que expone con su lectura en cada una de sus partes con la diversidad de sus diferentes sentidos. Teniendo en cuenta este criterio un libro es una totalidad insostenible y el autor debe proponerle al lector surcarlo en parcelas.<br>A partir de la escritura de un libro nadie ayudar�� al autor y la neutralidad le servir�� como prudente aviso de la imposibilidad de hacerse due��o de las llaves de lo<br>real. En ese lugar lo neutro es corte de una elaboraci��n consumada como tiempo de duelo.<br>De esta manera cuando el autor sabe del nombre que se juega tras la escritura cada p��gina de un libro es pasada y una puerta se cierra tras su paso. M��nica<br>Peisajovich lleva a la lectura en cada uno de los cap��tulos que componen Mas ac�� �� m��s all�� de un padre la marca de un punto l��mite: se preserva la l��nea<br>del horizonte en la letra ��. En cada letra existe por lo tanto una revelaci��n que se preserva como una ley de sentido: �� m��s ac�� �� m��s all��.<br>Es importante que la esperanza no sea otra que lo escrito se borre en lo escrito porque lo que perdura es el blanco. Nunca se encuentra la huella y se sigue girando alrededor de una marca imposible de encontrar.<br>Y lo desconocido como desplazamiento es el m��s inmaterial de los resortes que conduce a la escritura.<br>Dr. Daniel Paola</p>